Cosmovisión maya, Guatemala- 3
La característica de la cosmovisión maya en el país de Guatemala es observar, apreciar y valorar la relación de interdependencia entre el movimiento del cosmos- naturaleza-ser humano.
La cosmovisión maya sigue siendo un pilar fundamental para fortalecer la cultura a través de la transmisión de los conocimientos, valores ancestrales y tradiciones y costumbres de forma oral.
De igual forma desde la cosmovisión, se manifiesta que es necesario estar en equilibrio con todos y estar en armonía de forma individual y colectiva. El respeto que siempre prevalece, ya que el ser humano manifiesta amor, ante todo, más con la madre naturaleza por ser el principal medio de cultivar el sagrado alimento (FRMT, 2009, pág. 31, P. 3). “En la actualidad, la cosmovisión maya aparece en la palestra nacional reivindicando sus bases filosóficas, su voluntad de aportar a la construcción de una cultura guatemalteca para ocupar el lugar que le corresponde”.
Para el equilibrio del pueblo originario de Guatemala es necesario la concentración espiritual física y del alma, la espiritualidad se concentra en la celebración de la Ceremonia Maya que se conecta con la personalidad familiar y colectiva del universo, la madre naturaleza y con los abuelos y abuelas que han partido de este mundo y que de alguna manera están con los vivos.
Esto permite al ser humano encontrarse con su sentir para que pueda llevar un proceso de transformación en donde busca la plenitud personal y colectiva. La espiritualidad manifiesta respeto en la diversidad existente sobre la madre naturaleza, armonía y equilibrio entre el ser humano y la madre tierra, tal como indica CNEM. (2007, pág. 16, P. 5): “Es la espiritualidad que da el sustento de ternura y amor.
Cuando nace un nuevo ser se le dice Kotz’ij (Kaqchikel: flor) y si alguien muere, igual, esa es la espiritualidad, la forma de manifestar ternura, sentimientos, amor, sensibilidad humana, cariño y aprecio”. La espiritualidad es la forma de vida que lleva cada ser humano, por lo tanto, tiene que coincidir las acciones con el pensamiento de cada ser humano.
Es importante aportar la esencia de la espiritualidad en la vida, con el creador y formador, con los abuelos y abuelas, con la madre naturaleza y con todas las generaciones que están por venir, ya que es la base fundamental para cultivar y practicar los valores ancestrales desde la ciencia ante la sociedad.